Mono gramático editor se piensa desde y para la maleza de los signos, a través de un catálogo que invoca las zonas de penumbra, que habita donde no es claro distinguir ni las fronteras ni las formas.
Seleccionamos literatura hecha con literatura. Priorizamos trabajar sobre el vacío, palpar terrenos inexplorados, para acercarnos como a un fuego, cautivos por la escucha. Como un nido donde encontrar cobijo. Un proyecto que decide no publicar más de seis libros por año, porque una casa que se conoce es una casa que se puede administrar de forma sostenible y a escala humana. Un hábitat hecho por quiénes lo pueblan: escritores, lectores, traductores y trabajadores del libro.